La conmoción causada por los incendios forestales amerita un breve comentario, a lo menos, respecto de los riesgos y peligros de este tipo de fuegos, no tan solo por los miles de millones que se pierden anualmente, sino, y más importante aún, porque en cada siniestro se pone en riesgos la Vida de muchos trabajadores, bienes y la salud y bienestar de cientos de pobladores aledaños a las plantaciones.
Se debe tener presente que siempre la investigación y la necesidad de preservar una forma de producir acarrea exigencias y normas. Al respecto, como lo señala la Forest Stewardship Council, FSC, “está ampliamente aceptado que los recursos forestales, y las tierras relacionadas con ellos deberían manejarse para atender a las necesidades sociales, económicas, ecológicas, culturales y espirituales de las generaciones presentes y futuras. Asimismo, la creciente toma de conciencia del público acerca de la destrucción y degradación de los bosques, ha llevado a los consumidores a exigir que sus compras de madera y otros productos forestales no contribuyan a aumentar esta destrucción, sino que más bien ayuden a asegurar los recursos forestales para el futuro” (.FSC-STD-01-001 (versión 4.0) ES).
En el mismo sentido se manifiesta el D 193, sobre Reglamento General de DL 701, de 1974, sobre Fomento Forestal en el art. 29º.- El plan de manejo deberá incluir, a lo menos, lo siguiente:
Veamos otros efectos negativos: Las antiguas formas de producción forestal no aseguran la mantención de la integridad del bosque como ecosistema, ni su sustentabilidad a nivel regional, debido a que su enfoque está restringido a limitadas especies incorporadas con una limitada atención a las otras escalas espaciales como cuencas hidrográficas y el paisaje regional. En donde estas formas de manejo se han usado por largo tiempo, existen evidencias de degradación y fragmentación de hábitats críticos para la sobrevivencia de la vida silvestre, alteración de funciones ecosistémicas vitales y pérdida del potencial productivo a escala regional.
Tampoco incorporan adecuadamente una diversidad de beneficios y valores no utilitarios, adicionales a la producción de madera, que la sociedad espera de los ecosistemas forestales, como protección de la vida silvestre, recreación, mantención de la calidad del aire, regulación del ciclo hidrológico y calidad de las aguas.
Fuente:prevention-world.com/