Se calcula que el cibercrimen mueve el equivalente al 1,5% del PIB mundial, es decir, si fuera un país, sería la tercera economía del mundo
Iberdrola, Telefónica, Santander, Ticketmaster, la DGT... En poco más de dos semanas los hackers se han hecho con los sistemas informáticos de estas compañías, robando millones de datos de sus clientes. En algunos casos, no se hicieron con información sensible, pero en otros, tienen gran valor en el mercado negro de la ciberdelincuencia.
Y es que se calcula que el cibercrimen ha alcanzado un valor global cercano al 1,5% del PIB mundial. Es decir, si fuera un país, sería la tercera economía, después de EE. UU. y China, según apuntan los expertos en ciberseguridad. Este tipo de delitos ya mueve más dinero que el tráfico de drogas, de armas y de personas juntos.
Es un negocio al alza, que cotiza en la dark web, en lo más profundo de internet, donde los ciberdelincuentes cada vez están más organizados: “Se han profesionalizado y desarrollan ataques más sofisticados porque están mejor organizados”, explica Manuel Ransán, responsable del área de conocimiento y concienciación del INCIBE (el Instituto de Ciberseguridad), quien habla de economía de escala: unos consiguen los datos y otros los explotan, los venden o los alquilan.
También hay ciberdelincuentes que se mueven por su cuenta, en solitario: roban datos y luego los venden al mejor postor. Y otros que lo hacen por razones éticas o políticas.
El cibercrimen es ya uno de los 10 principales riesgos globales, según el Foro Económico Mundial.
En los últimos 12 meses, el ciberataque más repetido hacia las empresas ha sido el robo de credenciales, con un 19 por ciento de los casos. De cerca le siguen los ataques con algún método de ingeniería social (17 por ciento) como, por ejemplo, los correos falsificados. Igualmente, también se han registrado ataques a la cadena de suministro (14 por ciento), y campañas de ’cryptojacking’ o minería de criptomonedas maliciosa, en un 13 por ciento de los casos. Y cada vez son más complicados de prevenir y detectar, en parte, debido al uso de la Inteligencia Artificial.
También por la globalización: a una empresa española la pueden estar atacando desde Rusia gracias a una base de datos que han comprado a un hacker australiano, “lo que complica muchísimo las labores de los cuerpos y fuerzas de seguridad de los diferentes países porque se tejen redes muy complicadas de seguir”, añade el responsable del INCIBE.
Fuente:cope-es.cdn