Estar a pleno sol y poder leer un mensaje en el móvil o ver un video subtitulado en ‘streaming’ es posible con la accesibilidad digital, que además incrementa de forma exponencial la autonomía y las oportunidades de las personas con discapacidad.
La accesibilidad en canales físicos la asociamos a disponer de rampas, el ancho de los accesos o la altura de un mostrador... En canales digitales, la accesibilidad tiene que ver con ofrecer los contenidos de forma perceptible por varios sentidos, por ejemplo, que lo que vemos, se pueda escuchar y lo que escuchamos, se pueda leer. También es importante facilitar la lectura con una redacción clara, un contraste adecuado entre la tipografía y al fondo, la posibilidad de ampliar el tamaño del texto, o de ver la pantalla del móvil en horizontal. Todas estas son pautas de accesibilidad digital.
La digitalización ha puesto en manos de las personas con discapacidad productos de apoyo claves para su autonomía:
La digitalización puede aportar un nivel de autonomía sin precedentes a las personas con discapacidad
Desde el COVID -19, el crecimiento de la digitalización ha sido exponencial. A pesar de ello, el 37% de la población mundial nunca ha utilizado internet, de acuerdo con Naciones Unidas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) mencionan la inclusión digital como un factor necesario para que todas las personas puedan tener acceso a internet, y realizar tareas como gestionar ‘online’ sus finanzas, tener acceso digital a la educación, a las instituciones públicas, o incluso votar.
Entre los colectivos con baja inclusión digital podemos encontrar, entre otros, a personas con bajos recursos y/o educación, sin acceso a internet (ya sea por motivos económicos o por cobertura geográfica), minorías étnicas, personas de edad avanzada, poco familiarizadas con los canales digitales, y personas con discapacidad. La accesibilidad beneficia a todos ellos y también a cualquiera que esté en lugares con mala iluminación, ruido, o que,simplemente, quiera usabilidad y sencillez en las aplicaciones y las webs que utiliza.
Una de las recomendaciones de la UNESCO es regular la accesibilidad en canales digitales, y es que además de estar presente en los ODS, la presencia de la accesibilidad digital se está incrementando en la regulación, como refleja por ejemplo la Directiva Europea de accesibilidad (European Accessibility Act (EAA).
La EAA hace referencia a normas técnicas que en el caso de la accesibilidad digital son fundamentalmente las normas UNE 139803 y UNE-301549. Estas normas, coinciden bastante con las directrices emitidas por la World Wide Web Consortium (W3C) denominadas Web Content Accessibility Guidelines (WCAG). La WCAG más extendida es la 2.1 en el nivel AA, que establece 4 principios, 13 pautas, 78 criterios de conformidad, que son perfectamente evaluables y 580 técnicas suficientes y recomendadas. Existe una nueva versión de WCAG 2.2 que añade 9 criterios con foco en discapacidad visual, cognitiva y dispositivos móviles.
Existen herramientas automáticas con las que (entendiendo que la precisión no es la de una auditoría manual) podemos hacernos una idea preliminar de los criterios de la WCAG que incumplimos.
Fuente:bbva.com