La Comisión Europea propone criterios comunes contra el blanqueo ecológico y la publicidad engañosa
El ‘greenwashing’, ecoblanqueo o blanqueo ecológico se entiende como una estrategia que consiste en presentar empresas o productos como respetuosos con el medio ambiente, sin reducir realmente el impacto ambiental, según Green Peace.
A partir de un estudio realizado por la propia Comisión, el objetivo de luchar contra el cambio climático y el conocido como ‘greenwashing’ o blanqueo ecológico se ha vuelto cada vez más importante. La investigación publicada en 2020 sacaba a la luz datos como que el 53% de las alegaciones medioambientales examinadas eran vagas, engañosas o infundadas, así como el 40% carecía de fundamento sólido, según la Comisión. Además, se destacó que el 37% de los casos, se hacían declaraciones con palabras como “ecológico” o “sostenible” cuando en realidad no se llevaba a cabo ninguna medida de esta índole.
Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo responsable del Pacto Verde Europeo afirmaba en la propuesta de la Comisión, “Las declaraciones ecológicas se encuentran por todas partes: camisetas respetuosas con los océanos, plátanos neutros en carbono, zumos respetuosos con las abejas, entregas con CO2 compensado al 100 %, etc. Por desgracias, tales declaraciones carecen demasiado a menudo de fundamento o pruebas de cualquier clase. Esto abre la puerta al blanqueo ecológico y coloca a las empresas que fabrican productos verdaderamente sostenibles en una situación de desventaja. Muchos europeos quieren contribuir a un mundo más sostenible mediante sus compras y deben poder confiar en las declaraciones formuladas. Mediante esta propuesta, ofrecemos a los consumidores la seguridad de que, cuando algo se venda como ecológico, lo sea de verdad.”
Naciones Unidas ya se había pronunciado en este aspecto afirmando que las empresas no deben declararse como “cero netas” cuando solo se centran en las emisiones de alcance 1 y 2. Las emisiones de alcance 3, asociadas a la cadena de valor, también deben estar incluidas en los análisis empresariales de materia climática. Asimismo, la ONU reconoce que hacen falta la realización de marcos regulatorios mínimos para evitar el blanqueo.
Ante esto, la Comisión Europea ha presentado unas propuestas, las “Green claims”, en la línea de lucha contra el greenwashing y las declaraciones medioambientales engañosas, cuyo objetivo es la protección de los consumidores mediante la claridad de la información y garantía de que un producto es ecológico, contribuir a crear economía circular mediante la compra responsable e informada, y el establecimiento de unas condiciones competitivas equitativas para las empresas en lo que respecta a la información medioambiental de los productos.
Información fiable y verificada
Según la propuesta, las empresas tendrán el deber de fundamentar y comunicar expresamente las declaraciones sobre artículos sostenibles. De la mima forma, la normativa pretende la proliferación de etiquetas medioambientales para el sector público y privado. Sin embargo, se excluyen las declaraciones contempladas en las normas vigentes de la UE, tales como la etiqueta ecológica de la UE o el logotipo de alimentos ecológicos, ya que la legislación vigente garantiza que esas declaraciones reguladas sean fidedignas.
Igualmente, las empresas deberán verificarse de forma independiente y demostrar mediante pruebas científicas la veracidad de sus ‘declaraciones ecológicas’. Como parte de este análisis científico, las empresas determinarán los impactos medioambientales que realmente sean pertinentes para su producto y definirán cualquier compensación, a fin de ofrecer una imagen completa y precisa.
Normas y etiquetas claras
La propuesta también pretende regular etiquetas medioambientales, ya que hay al menos 230 etiquetas diferentes que según la institución generan confusión y desconfianza entre los consumidores, y por ello, la Comisión propone no permitir nuevos sistemas de etiquetado público, a menos que se formulen a escala de la UE, y que cualquier nuevo sistema privado demuestre una ambición medioambiental mayor que los existentes y obtener una aprobación previa para poder ser autorizado.
Fuente: compromisorse.com