En Europa se generan anualmente alrededor de 2.500 millones de toneladas de residuos. La Unión Europea se ha fijado el objetivo para 2025 de reutilizar y llegar en el reciclaje de residuos domésticos el 55%, impulsando medidas entre los países miembros que, según las previsiones del Parlamento Europeo, supondrán la creación de 700.000 puestos de trabajo para 2030.
Por ello, en España ha entrado en vigor recientemente la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, la conocida como Ley de Residuos.
Industria de reciclaje de residuos
Esta norma, que introduce novedades para el sector industrial y comercial, “va a suponer un sustancial desarrollo y expansión de la industria del reciclaje en los próximos años, por lo que adquieren una importancia capital todos aquellos aspectos relacionados con la mejora de las condiciones de trabajo del sector”, según ha destacado Leandro Regidor, Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales de la mutua Umivale Activa.
Desde el Servicio de Actividades Preventivas de Riesgos Laborales de la mutua han preparado un código de buenas prácticas preventivas en la industria del reciclaje y compostaje con el objetivo de identificar los factores de riesgo existentes y ofrecer pautas de prevención para disminuir la siniestralidad laboral, así como mejorar las condiciones de seguridad y salud de las personas trabajadoras del sector.
Esta guía describe los riesgos más comunes existentes en la industria del reciclaje y del compostaje en sus diferentes fases y las medidas de prevención a aplicar. La finalidad fundamental es disminuir la siniestralidad laboral y mejorar las condiciones de seguridad y salud de todas las personas trabajadoras pertenecientes al sector.
Los residuos municipales son los que presentan mayor variabilidad en relación a su composición. Se definen como “residuos mixtos y residuos domésticos recogidos por separado, incluidos papel y cartón, vidrio, metales, plásticos, bioresiduos, madera, textiles, envases, residuos de equipos eléctricos y electrónicos, residuos de baterías y acumuladores, y residuos voluminosos, incluidos colchones y muebles”. Los residuos que son similares en naturaleza y composición a los residuos domésticos también pueden ser recolectados de las empresas, siendo considerados igualmente en este caso como residuos municipales a menos que se originen en la producción (artículo 3.2 de la Directiva 2008/98/CE).
Los residuos municipales pueden básicamente seguir tres caminos: su reciclado, su incineración o su deposición en vertederos. Tanto la incineración como la acumulación en vertederos generan contaminación medioambiental (formación de gases de tipo invernadero, contaminación de aguas subterránea, malos olores, etc.).
Se hace necesario y evidente potenciar en lo máximo posible el reciclaje de los residuos generados y su posterior reutilización, con la consiguiente reducción en la explotación de materias primas.
Así, el documento, que se centra en los residuos municipales, identifica las fases en los tratamientos de dichos residuos y los factores de riesgo existentes en cada una de ellas: durante la recogida de los residuos, el transporte y descarga de los mismos en las plantas de tratamiento, la separación y clasificación, tanto en la selección manual en la cinta como la gestión del producto terminado, y otras actividades como las operaciones de mantenimiento.
La guía también dedica un apartado al tratamiento de los residuos orgánicos y termina con una recopilación de buenas prácticas preventivas aplicadas a los procesos de trabajo y a la gestión preventiva.
Se espera un sustancial desarrollo y expansión de la industria del reciclaje en los próximos años, por lo que adquieren una importancia capital todos aquellos aspectos relacionados con la mejora de las condiciones de trabajo del sector. En este contexto se enmarca el presente “Código de buenas prácticas en la industria del reciclaje de los residuos”.
Fuente: prevention-world.com
