A la industria de las aerolíneas le gusta señalar que es responsable de “solo” el 2% de las emisiones de CO2 a nivel mundial pero tienen un importante desafío en cuanto a la transición hacia combustibles más sostenibles.
A diferencia de las innovaciones en automóviles, barcos y trenes eléctricos, donde la tecnología ha avanzado mucho hacia la sostenibilidad energética, en el ámbito de la aviación, la sustitución de los actuales combustibles representa importantes desafíos.
Las emisiones anuales de CO2 de este sector ascienden a mil millones de toneladas métricas, esto es, una cantidad superiora las emisiones de C02 de toda Alemania. Y si bien la industria se ha vuelto más eficiente en el uso del combustible en los últimos años, con la mejora también de las aeronaves, en comparación con otros medios de transporte, como los automóviles (donde los vehículos eléctricos son una realidad), la aviación aún está en fase de experimentación con nuevas tecnologías más verdes, como las baterías eléctricas, que pueden desempeñar un papel en rutas regionales más cortas y viajes urbanos y donde las aerolíneas están haciendo inversiones .
American Airlines concluyó recientemente un acuerdo con la compañía de biocombustibles Gevo para comprar 500 millones de galones de combustible sostenible para la aviación (SAF) durante cinco años. American es la primera aerolínea a nivel mundial en recibir la validación de la iniciativa Science Based Targets para sus objetivos intermedios de reducción de emisiones de GEI.
Las plantas de Gevo emplean maíz para producir etanol que posteriormente transforma en un producto que es químicamente idéntico al combustible de aviación estándar. La diferencia entre el combustible de aviación estándar y el SAF de Gevo es la eliminación de cualquier combustible fósil que se utilice en ese proceso de producción. En este sentido, Gevo integra energía eólica, solar, hidrógeno, biogás y otras fuentes de energía renovable para eliminar los combustibles fósiles del proceso.
Los SAF son químicamente indistinguibles del combustible estándar de las aerolíneas, pero su proceso de producción es significativamente diferente (y más ecológico) que los combustibles tradicionales.
Muchos desafíos por delante
Hoy en día, las materias primas que se utilizan en los combustibles de aviación sostenibles no se producen a una escala suficiente para abastecer a toda la industria, a lo que se añade la preocupación por el uso creciente de materias primas procedentes de la producción de alimentos para la fabricación de combustibles sostenibles, que a su vez puede agravar la problemática de la seguridad alimentaria mundial en un mundo que enfrenta grandes impactos del cambio climático en la agricultura. Gevo enfatiza que utiliza almidones residuales de “maíz de campo no comestible” como materia prima, que son abundantes en suministro y de bajo valor nutricional. No obstante actualmente, menos del 1% del combustible total disponible es sostenible, y su costo es de tres a cinco veces mayor que el combustible para aviones convencional.
Por otra parte, según los analistas, existen múltiples enfoques tecnológicos para los combustibles de aviación sostenibles que pueden descarbonizar los aviones sin prolongar el uso y la dependencia de los combustibles fósiles actuales y la tecnología de hidrógeno verde acaba de recibir un gran impulso de la Ley de Reducción de la Inflación de Biden.
Los enfoques de hidrógeno verde tienen como objetivo eliminar el CO2 del aire y mezclarlo con hidrógeno verde en una forma de queroseno que puede ser competitivo en costos con el combustible convencional para aviones. En febrero de 2021, KLM voló por primera vez un avión de pasajeros Boeing 737 de Ámsterdam a Madrid alimentado con 500 litros de queroseno sintético, del gigante energético Shell, mezclado con combustible para aviones tradicional.
Empresas como Twelve, que recientemente firmó un acuerdo con Alaska Airlines y Microsoft para crear combustibles sostenibles utilizando carbono capturado del aire, agua y energía renovable, o Delta Air Lines, que se ha aliado con DG Fuels para producir hidrógeno verde, avanzan en esta dirección.
Entretanto, activistas climáticos cuestionan que los combustibles sostenibles sean una solución realista al sector. Frente a ello, proponen un crecimiento más lent o el decrecimiento, y menos viajes y menos vuelos como una forma de abordar el problema, tal vez reduciendo los vuelos nacionales y fomentando y mejorando los viajes en tren.
Fuente: agorarsc.org