Día Mundial contra el Trabajo Infantil se celebra el 12 de Junio de 2022. Fue proclamado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2002 con el fin de crear una conciencia crítica de la explotación global de los niños.
La explotación infantil es la utilización, para fines económicos o de otra índole, de menores de edad por parte de adultos, afectando con ello el desarrollo personal y emocional de los menores y el disfrute de sus derechos. Algunos autores utilizan este término como sinónimo de trabajo infantil, aunque otros emplean este último de un modo más amplio, sin una necesaria carga negativa.
Según la Convención 146 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil es un concepto asociado con la privación de los niños y niñas de su niñez, su potencial y su dignidad, mismo que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
Como sucede con el trabajo infantil, las iniciativas privadas ven cada vez más necesario la incorporación del tema en los estándares comerciales. Por esta razón muchas normas hoy en día incluyen este concepto entre sus requisitos junto con los otros elementos básicos de derechos humanos y trabajo decente asociados a las convenciones de la OIT.
Un reto importante que enfrentan muchas empresas con la gestión social, es que no se tiene claro cómo llevarla a la práctica, pues a veces los conceptos contenidos en esta gestión resultan un poco abstractos para las organizaciones o presentan un lenguaje nuevo para el empresario, no fácil de dimensionar en la estructura de procesos organizacionales.
La Gestión del Trabajo Infantil y del Trabajo Forzado en la empresa
Como sucede en otros temas de gestión, 4 pasos son cruciales para implementar en una organización estos temas:
La planificación del tema debe considerar en primera instancia la identificación de los riesgos en las conductas o sistemáticas de empresa, tanto a lo interno como con su esfera de influencia (proveedores, contratistas, otros) que atenten contra los convenios internacionales y la legislación, así como los requisitos normativos en materia de trabajo infantil y trabajo forzado.
Para ello es preciso llevar a cabo un diagnóstico de los procedimientos, políticas y documentos en general de la empresa, pero igualmente escuchar las quejas, opiniones, ideas, historias y expresiones de los empleados y otras partes interesadas, incluidas las eventuales denuncias a instancias externas que puedan dar pie a la identificación de que el trabajo infantil o forzado no está prohibido expresamente en los documentos o bien puede estar presente en la empresa o en sus proveedores o contratistas en alguna forma.
La planificación también conlleva el diseño de sistemáticas, así como capacitaciones, entrenamientos y empoderamientos necesarios que lleven a cerrar la brecha de acuerdo con los riesgos encontrados.
Normas como las de la Corporación Financiera Internacional (IFC), Responsabilidad Social Internacional SA 8000 o la Guía de Comercio Ético, Rain Forest Alliance y Trato Justo SEDEX pueden ser usadas como parámetro de comparación de las prácticas identificadas y para determinar mejoras posibles.
Es muy relevante en este sentido poner atención a la norma de referencia que se utiliza para el abordaje, pues algunas exigen requisitos muy concretos en la materia (SA 8000, Rain Forest) totalmente apegados a lo indicado por OIT. Otras como es el caso de ISO 26000 contienen textos que pueden a primera vista parecer permisivos como el hecho de que el compromiso de la empresa con el trabajo infantil es hacer esfuerzos de eliminación.
Desde INTEDYA apoyamos a las organizaciones todas en materia de las buenas prácticas de responsabilidad social en los sistemas de gestión SA 8000 e ISO 26000.
SA 8000, Norma Universal emitida por la CEP sobre condiciones de trabajo, principios éticos y sociales. 2
El objetivo de esta Norma es asegurar una producción ética de bienes y servicios, estableciendo para ello una serie de códigos básicos en relación con las prácticas de derechos humanos y las condiciones de trabajo a lo largo de toda la cadena de valor.
Un gran número de empresas ha reconocido las ventajas de incorporar prácticas y políticas de RSC (Responsabilidad Social Corporativa). Las Compañías se han alentado a adoptar esfuerzos como resultado de la presión proveniente de los consumidores, los proveedores, la comunidad, los inversionistas y las organizaciones activistas. En los últimos años la RSC ha crecido drásticamente en empresas de todos los tamaños y sectores. Los beneficios son numerosos y está comprobado que la compañía puede disfrutar de una mayor lealtad por parte de los consumidores, los empleados trabajan más a gusto, las acciones gozan de una mayor estabilidad, y se ahorran costos de posibles sanciones jurídicas y administrativas.
La Norma ISO 26000 es una guía voluntaria de buenas prácticas en materia de Responsabilidad Social (RSC) basada en 7 criterios: el gobierno corporativo, derechos humanos, prácticas laborales, medio ambiente, prácticas justas de negocio, asuntos de los consumidores y desarrollo de la comunidad; promoviendo la integración de programas de responsabilidad en estos temas en las prácticas internas diarias de las organizaciones.
La RSC es la forma de conducir los negocios de las organizaciones que se caracteriza por tener en cuenta los impactos que todos los aspectos de sus actividades generan sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general.
Está diseñada para ser utilizada por organizaciones de todo tipo, tanto en los sectores público como privado. Su origen nace de la demanda latente por parte de clientes, socios, consumidores, asociaciones y otros grupos de interés de conocer la implicación de las actividades empresariales en la sociedad y medio ambiente.
Fuente: un.org / publicaciones.cegesti.org/intedya
