FSC es una organización internacional sin ánimo de lucro que nació con el objetivo de crear un sello para garantizar la credibilidad de la Certificación Forestal y de la Cadena de Custodia. Todo ello a través de unos estándares de aplicación global.
El propio FSC define la cadena de custodia como el camino que siguen las materias primas, los materiales transformados, los productos terminados y los coproductos desde el monte hasta el consumidor (o, en el caso de material recuperado o reciclado o productos que lo contengan, desde el emplazamiento de recuperación al consumidor), incluyendo todas aquellas etapas sucesivas de transformación, fabricación, almacenamiento y transporte en las que el paso al siguiente eslabón de la cadena implique un cambio de propiedad de los materiales o productos.
Mediante la certificación de la cadena de custodia FSC de los distintos agentes que intervienen en la cadena de producción, distribución y comercialización de un producto certificado FSC se asegura, eslabón a eslabón, la trazabilidad del producto final hacia fuentes responsables.
Cualquier empresa que comercialice, manipule o fabrique productos forestales o productos que incluyan componentes forestales, ya sean o no derivados de la madera, puede aportar por la certificación de la cadena de custodia. Esto incluye entidades y organizaciones de sectores y actividades muy variadas: la explotación forestal y trabajos de selvicultura, la primera transformación de la madera en aserraderos, el sector de la carpintería y muebles, el sector de la pasta y papel, y las artes gráficas, así como otros sectores que cobran cada vez mas importancia como el de biomasa y energía o sectores relacionados con productos forestales no madereros, tales como el corcho o la resina. Y a pesar de la gran variedad de actividades que tienen cabida en esta certificación el objetivo es en todos los casos el mismo: asegurar a los consumidores o clientes la trazabilidad de los productos que consumen hacia unas materias primas procedentes de bosques que han sido gestionados de forma responsable, llevando a cabo prácticas respetuosas con el medio ambiente. Asimismo se asegura la procedencia legal de la madera, garantizando que no procede de talas abusivas o ilegales.
Esta certificación en FSC se ha hacho extensiva en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El salvador, Guatemala, Italia, México, Nicaragua, Perú, Portugal, Uruguay y Venezuela, rápidamente.
Fuente: AENOR