La coyuntura actual a nivel global ha propiciado que muchas empresas inviertan mucho esfuerzo en alcanzar un reconocimiento externo de cara a mejorar su competitividad en el mercado. Gracias al uso adecuado de herramientas de gestión como puede ser la ISO 50001, se consigue que una organización alcance sus objetivos de lucha contra el cambio climático aplicando soluciones de eficiencia energética en sus procesos.
Es así como, desde mediados del año 2011 hasta la actualidad, se está haciendo tangible la importancia de implantar un sistema de gestión energética en las organizaciones, identificándose los beneficios que se pueden alcanzar con dicho sistema. Esta norma, de carácter voluntario hasta el momento, contribuye a reducir el consumo energético global en un 60%, según han estimado desde International Organization for Standarization (ISO).
El principal objetivo del sector de la bioenergía es conseguir que se consuman menos combustibles fósiles. De hecho, se están consiguiendo importantes acciones para alcanzar un balance neto tanto en el consumo de energía como de emisiones de CO en toda la cadena de valor, aunque aún queda camino por recorrer y el reto energético al que se enfrentan las compañías del sector es cada día mayor, la implantación de un sistema de gestión como la ISO 50001 puede contribuir a minimizar los obstáculos actuales a los que se enfrentan diferentes empresas del sector.
Implantar la ISO 50001
Basada en la metodología Planificación-Implantación-Seguimiento-Revisión, resulta útil para multitud de instalaciones y organizaciones.
La herramienta unifica la recopilación de datos de suministros energéticos procedentes de distintos proveedores en una misma plataforma y formato. Así, se obtienen resultados energéticos de forma gráfica y útil mediante una comparativa de las medidas de eficiencia adoptadas a lo largo de los años.
Por otro lado, es necesario establecer desde cada organización los procedimientos e instrucciones de trabajo necesarias para un correcto control de las operaciones, a través de la ejecución de estudios de balances energéticos y de materia en las instalaciones. Como resultado, se obtiene un plan de medida y control donde se definen unas reglas claras de mantenimiento, persiguiendo una mayor eficiencia energética.ç
Fuente: Revista Bioenergy Internationa