Esta conclusión duplica con creces las estimaciones anteriores y confirma que la contaminación atmosférica constituye en la actualidad, por sí sola, el riesgo ambiental para la salud más importante del mundo. Si se redujera la contaminación atmosférica podrían salvarse millones de vidas.
En particular, los nuevos datos revelan un vínculo más estrecho entre la exposición a la contaminación atmosférica en general y la del aire de interiores y las enfermedades cardiovasculares, como los accidentes cerebrovasculares y las cardiopatías isquémicas, así como entre la contaminación atmosférica y el cáncer. Esto es además de la función que desempeña la contaminación atmosférica en el desarrollo de enfermedades respiratorias, como las infecciones respiratorias agudas y las neumopatías obstructivas crónicas.
Las nuevas estimaciones no solo se deben a un conocimiento más amplio de las enfermedades provocadas por la contaminación atmosférica, sino también a una mejor evaluación de la exposición humana a los contaminantes atmosféricos gracias a mediciones y tecnología más avanzadas. Ello ha permitido a los científicos analizar más pormenorizadamente los riesgos para la salud a partir de una distribución demográfica más amplia que incluye ahora las zonas rurales, además de las urbanas.
Por regiones, los países de ingresos bajos y medianos en las Regiones de Asia Sudoriental y del Pacífico Occidental de la OMS soportaron la mayor carga relacionada de contaminación, con un total de 3,3 millones de muertes vinculadas con la contaminación del aire de interiores y 2,6 millones de muertes relacionadas con la contaminación atmosférica.
"La excesiva contaminación atmosférica es a menudo una consecuencia de políticas que no son sostenibles en sectores como el del transporte, la energía, la gestión de desechos y la industria pesada. En la mayoría de los casos, será también más económico a largo plazo aplicar estrategias que den prioridad a la salud debido al ahorro en los costos de la atención sanitaria, además de los beneficios para el clima", señala el Dr. Carlos Dora, Coordinador de la OMS en el Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud. "La OMS y los sectores de la salud desempeñan una función única para traducir las pruebas científicas sobre la contaminación atmosférica en políticas que pueden marcar la diferencia y aportar mejoras que salvarán vidas."
La publicación de estos datos es un salto importante en el avance de la hoja de ruta de la OMS para la prevención de las enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica. Ello supone la creación bajo los auspicios de la OMS de una plataforma mundial sobre la calidad del aire y la salud que permita generar mejores datos sobre las enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica y un apoyo más robusto para los países y ciudades mediante orientaciones, información y datos que demuestren los beneficios para la salud derivados de intervenciones fundamentales.
Este mismo año, la OMS publicará unas directrices sobre la calidad del aire de interiores en las que se aborda el uso de los combustibles domésticos, y se analizan los datos sobre la exposición a la contaminación atmosférica en general y la del aire de interiores y la mortalidad conexa, además de la información actualizada sobre las mediciones de la calidad del aire en 1600 ciudades de todas las regiones del mundo.
Fuente: ambientium.com