Un estudio de la agencia mexicana ResponSable presenta el panorama de la responsabilidad social empresarial en el país centroamericano. Con una amplia y representativa muestra, se profundiza en la consideración que tienen empresas y consumidores de esa actitud. Cuestionar la hoja de ruta actual y aprovechar las múltiples oportunidades de mejora, con el asesoramiento de expertos, son los dos objetivos del documento.
Una de cada dos personas encargadas de la responsabilidad social empresarial (RSE) en México nunca ha cursado estudios sobre el tema. Un informe de la agencia ResponSable realizado el año pasado nos deja este dato demoledor, y aclara que la mayoría de los cargos se basan en su experiencia práctica por encima de sus conocimientos teóricos. Sólo hace 4 años que algunas universidades mexicanas empezaron a implantar estudios relacionados con la materia, lo que explica el embrionario estado de la RSE en el país centroamericano.
El estudio, que consultó a 1.645 personas que representan a más de 800 empresas, determina que hasta el 60% de los cargos de RSE tiene menos de 4 años de experiencia en la materia y dos de cada cinco de sus áreas son de reciente creación (entre 2 y 4 años). Aunque se puedan justificar estas conclusiones con la poca vida de la responsabilidad social empresarial en México, del estudio emana una pregunta clave: ¿se está trazando el camino correcto? Después de saber que 1 de cada 3 áreas de RSE realmente se trata de Recursos Humanos, ¿por qué sólo el 2% de los consultores considera que estos dos departamentos deberían converger?
Si nos fijamos en la inversión que hacen las organizaciones en prácticas de RSE podremos observar que las empresas grandes son conscientes de la temática: sólo un 6% no destina recursos para proteger el medio ambiente. El porcentaje es muy diferente al de las Pymes, dónde 1 de cada 3 no invierte en la materia. De las empresas que sí cuentan en su presupuesto una partida medioambiental, las acciones más comunes son la reducción del consumo de agua y energía, y sólo una tercera parte es para la protección de los ecosistemas. En resumen, que hoy en día la RS se tiene más en cuenta para la disminución directa del gasto y no por consideración con el medio ambiente.
La escasa influencia de los consumidores
Del estudio se desprende que los consumidores tienen buenas intenciones pero realmente no están creando la presión suficiente para que las empresas ofrezcan productos y servicios más responsables con la sociedad y el medio ambiente: el 86% consumidores está dispuesto a cambiar de marca si ésta respeta el medio ambiente, pero sólo uno de cada cinco lo hace realmente. Aunque valoren que una empresa desarrolle prácticas de RSE, acaban consumiendo los productos más rentables económicamente o que les permiten seguir la moda y el estatus social al que se deben. Sin embargo, Juan Pablo Castañón, el presidente de Coparmex, defiende la mejoría en la actitud de los consumidores: “estamos transitando más allá de la filantropía y la compraventa de productos”.
La responsabilidad social empresarial en México
Es la herramienta perfecta para mitigar los riesgos extra económicos de las empresas, como los sociales, medioambientales y legales. Por qué todavía hay tantas empresas que no comparten esta tendencia? El estudio revela que los motivos más frecuentes son la falta de presupuesto o interés, la prioridad para alcanzar metas financieras o el desconocimiento de la vía para implantar una actitud responsable con el medio ambiente.
Aún así son alentadoras las razones que empujan las empresas a desarrollar políticas de RS: más de la mitad de los encuestados defiende que trabajando en el tema se contribuye al bienestar de la sociedad y se cuida el medio ambiente. Caeríamos en un grave error pensando que para actuar de acuerdo con la responsabilidad social empresarial tenemos que desarrollar un proyecto de grandes dimensiones. Cualquier empresa puede promover políticas de RSE acorde a su presupuesto, tamaño y producción; todo depende de la creatividad de sus directivos.
El documento de ResponSable hace mucho énfasis en la que describen como la tiranía del cortoplacismo . La alta presión sobre los beneficios inmediatos condiciona la actividad de la mayoría de las empresas. Así lo explica Santiago Macías Herrera, el coordinador general de Compite: “para implementar la RSE tenemos que darle valor añadido, recuperar la visión de largo plazo y no olvidar que la sustentabilidad de la empresa está en su sobrevivencia. Con estos tres factores tendremos un largo futuro”.
La encuesta acaba con una recopilación de los beneficios que reporta la RSE: Los más frecuentes son la contribución al bienestar social, la mejora del clima laboral y de la imagen de la marca, la reducción de costes y la atracción de nuevos clientes. Aún así, el estudio indica que 6 de cada 10 consultores todavía considera que demasiadas empresas usan la RSE sólo como una herramienta de marketing y relaciones públicas. En definitiva, que la responsabilidad social empresarial tiene que hacer autocrítica para seguir evolucionando y ganar una mayor –y más real– presencia en el mundo empresarial.
Fuente: compromisorse